La nariz nos permite respirar y por tanto, estar vivos. En concreto, necesitamos una media de doce respiraciones por minuto, y por tanto, cualquier alteración o enfermedad en la nariz perjudicará nuestra calidad de vida.
Una de las alteraciones más comunes en la forma de la nariz, que provocan dificultades en la respiración, son las desviaciones del septum o tabique nasal, que se suele acompañar de un aumento de los cornetes, estructuras propias de las fosas nasales y, cuyo aumento de tamaño dará lugar a una disminución del espacio que tiene el aire para pasar por la nariz.
En ocasiones, es la forma externa de la pirámide nasal la que provoca dificultades en la respiración. Una nariz torcida puede alterar el flujo aéreo así como, determinadas deformidades de la punta nasal que se estrechan el paso del aire. El tratamiento consistirá en la realización de una septoplastia, una rinoplastia o ambas (septorrinoplastia) para conseguir una correcta funcionalidad nasal.
Otra alteración es la hipertrofia adenoidea, lo que se conoce como “vegetaciones”, que consiste en el aumento de tamaño de un tejido linfoide que está en la parte posterior de las fosas nasales y que puede obstruir el paso del aire. Esta enfermedad es frecuente en los niños y da lugar a que aparezca ronquido nocturno, a veces apneas del sueño, y el niño está todo el tiempo con la boca abierta, lo que da lugar a que aparezcan alteraciones en el crecimiento de la cara como paladar estrecho u ojival, apiñamiento de los incisivos y dificultades en el crecimiento de la mandíbula. Ante vegetaciones, lo mejor es ir acudir al cirujano (otorrino) y solucionarlo sin demora, extirpando el tejido mediante una Adenoidectomia. Esto permitirá evitar o corregir a tiempo los problemas mencionados. Por tanto, si un niño presenta dificultad respiratoria nasal, esta debe corregirse cuanto antes para evitar las consecuencias que a la larga van a aparecer.
También, los pólipos nasales provocan dificultades en la respiración. Estos son formaciones de tejido que aparecen como respuesta inflamatoria de la mucosa de la nariz generalmente, como consecuencia de una alergia. El tratamiento puede ser con medicación o, mediante, la extirpación de los pólipos mediante cirugía endoscópica nasosinusal.
Otra posibilidad son las rinitis y rinosinusitis, que producen dificultad respiratoria y a veces también dolor de cabeza. De diverso origen, requerirán un diagnóstico certero por parte del otorrino, para darles un tratamiento correcto.