Como otra parte de nuestro cuerpo pero, con la importancia de que se trata de los órganos que nos permiten oír, los oídos requieren una serie de cuidados en el día a día para proteger, mejorar y mantener la calidad de la escucha a los largo de los años. Alguna de las medidas para proteger los oídos son:
• Evitar la entrada de agua en el oído
Tras la ducha o el lavado de cabeza, para secar los oídos es suficiente con introducir el dedo índice, recubierto por una toalla, en el conducto auditivo y con un movimiento suave procederemos a su limpieza.
No es necesario hacer una limpieza más profunda, como por ejemplo utilizar bastoncillos de algodón, pues con ello no vamos a evitar que se forme un tapón de cerumen sino todo lo contrario. Además, si éste ya se ha formado lo que haremos es agraviar el problema al introducirlo más profundamente en el conducto auditivo, dificultando su posterior extracción.
También, existen en el mercado productos para la limpieza del oído, cuya finalidad es evitar la formación de tapones de cera, son de dudosa eficacia.
Es preferible realizar una revisión por el otorrino que en caso de que se haya formado un tapón, procederá a su extracción. Con los baños en piscina y playa es frecuente la entrada de agua en los oídos y en ocasiones, puede humedecerse la piel y producirse una infección (otitis externa), la cual es muy dolorosa. La forma de prevenir esta situación consiste en proceder a un secado cuidadoso del oído tras el baño y si esto no es suficiente se pueden utilizar productos para secar el conducto como el alcohol boricado. En cualquier caso la forma definitiva para evitar la entrada de agua en el oído son los tapones de baño, los más recomendables son los tapones de baño a medida que nos pueden confeccionar en los comercios de audífonos.
• Evitar el ruido fuerte
Otra medida importante a la hora de cuidar los oídos es evitar el ruido fuerte o una exposición prolongada de ruido de gran intensidad. Los sonidos de alta intensidad producen una lesión del nervio auditivo que es irreversible y si se prolonga en el tiempo da lugar a una sordera irreversible denominada trauma acústico. Por tanto, debemos evitar estar expuestos a ellos. Sino nos quedara más remedio por el trabajo o rutina diaria que llevamos a cabo, las medidas de protección laboral deben aplicarse de forma estricta para evitar que un ambiente ruidoso nos produzca una lesión auditiva.
Hay que evitar escuchar música fuerte pues también puede ser perjudicial para el oído. Si utilizamos auriculares no debemos subir el volumen en exceso, en la discoteca o en un concierto no hay que ponerse debajo de los altavoces y la mascletá es mejor escucharla lejos de la verja. No obstante, para prevenir el mejor método es acudir periódicamente al otorrino, realizando revisiones, antes de que el paciente lo haya notado. Si quieres conocer otros motivos por lo que debes de ir a la consulta periódicamente puedes consultarlo en este artículo que escribimos hace tiempo sobre motivos por los que ir al otorrino, haciendo clic.