La rinoplastia es una operación de nariz estética, muy frecuente cuya finalidad es la de corregir los defectos que tenga la nariz y resolver los problemas internos que produzcan una dificultad respiratoria, en donde en la mayoría de casos la anestesia va a ser general. El médico anestesista procede a dormir al paciente con lo que este no percibe ningún tipo de molestia durante la intervención.
• Anestesia general en la rinoplastia
En el caso de que la función respiratoria se encuentre alterada por una desviación del tabique nasal, la resolveremos en la misma cirugía mediante una técnica denominada septoplastia, por lo que la intervención se denomina septorrinoplastia. En la misma operación nasal resolveremos también otros problemas que puedan alterar la función respiratoria como el aumento de tamaño de los cornetes o hipertrofia turbinal, en cuyo caso procederemos a disminuir el tamaño de los mismos con distintas técnicas pero, siempre evitando una reducción excesiva que podría dar lugar a un “síndrome de nariz vacía”, el cual altera en gran medida la función respiratoria nasal.
• Anestesia local en la rinoplastia
Se puede utilizar la anestesia local con sedación, pero se suele reservar para los casos que presenten pequeños defectos o sólo haya que modificar la parte externa de la nariz, como por ejemplo en caso de tener que realizar una rinoplastia para un retoque. Antes de la intervención procederemos a realizar una infiltración de la nariz con anestésico local y vasoconstrictor.
Esto se realiza con el fin de disminuir el sangrado y la hinchazón durante la intervención, pues al disminuir el sangrado mejora la visión de las estructuras, permite realizar la cirugía con mas rapidez y la menor perdida sanguínea siempre es un beneficio para el paciente.
De esta manera conseguimos también una anestesia local de la nariz por lo que el paciente necesitará menos medicación para el dolor con las ventajas que esto conlleva.